martes, 11 de marzo de 2014

Crónica.Marisa Garcia 4ºA

Arancha Sánchez Vicario escribió ayer su nombre en la historia del tenis. Contra todos los pronósticos, derrotó a Steffi Graf, la número uno mundial, convirtiéndose así, a los diecisiete años, en la ganadora más joven del torneo Roland Garros. El día antes de la final individual, Arancha era la única que creía en su victoria. Ese coraje, esa autoconfianza ilimitada, esa insensatez juvenil, la llevaron a destruir el mito Graf.Antes del partido había anunciado que iba a correr por todas las bolas. Y así lo hizo desde el principio. Arancha iba ganando su servicio, hacía correr a Steffi de un lado a otro, y devolvía con fuerza los obuses de la alemana. Los últimos juegos de la primera manga fueron de una intensidad excepcional. Arancha se colocó con ventaja de 5-4, pero no supo mantener su servicio. Parecía que Steffi iba a despegar. De hecho, tuvo dos bolas de set con 6-5, pero Arancha las salvó, contagiando al público su coraje: "¡Vamos!, ¡vamos!", se decía a sí misma. En la muerte súbita, Arancha demostró su carácter de ganadora que la empuja a jugar su mejor tenis en los momentos decisivos. Sin grandes golpes, manteniendo la clama, llegó a la bola de partido. Arancha se tomó unos segundos de respiro, sacó, y tras dos intercambios, Graf -extremadamente nerviosa- estrelló su revés en la red. Desde Andrés Gimeno, en 1972, no se vivía una victoria española en Roland Garros. Arancha, consciente de lo que había conseguido, lanzó su raqueta al aire, se tiró al suelo y estalló en un ataque de alegría y llanto.

1 comentario:

  1. Estimada Marisa
    Si no citas la fuente de donde has tomado el texto, la copia no tiene ningún valor.

    ResponderEliminar