EL ROMANTICISMO
El Romanticismo es un movimiento revolucionario en todos los ámbitos vitales que, en las artes, rompe con los esquemas establecidos en el Neoclasicismo,
defendiendo la fantasía, la imaginación y las fuerzas irracionales del
espíritu. El Neoclasicismo aún perdura en algunos autores, pero muchos,
que se iniciaron en la postura neoclasicista, se convirtieron ávidamente
al Romanticismo, como el Duque de Rivas o José de Espronceda. Otros, sin embargo, fueron desde sus inicios románticos convencidos.
El origen del término "romanticismo" dista mucho de ser claro, además, la evolución del movimiento cambia según el país. En el siglo XVII aparece ya en Inglaterra con el significado de "irreal". Samuel Pepys (1633 † 1703) lo emplea en el sentido de "emocionante" y "amoroso". James Boswell (1740 † 1795) lo utiliza para describir el aspecto de Córcega. Romantic aparece como adjetivo genérico para expresar lo "pasional" y "emotivo". En Alemania, sin embargo, fue empleado por Johann Gottfried Herder como sinónimo de "medieval". El término romanhaft (novelesco) fue reemplazado por romantisch, con connotaciones más emotivas y pasionales. En Francia, Jean-Jacques Rousseau lo utiliza en una descripción del Lago de Ginebra. En 1798, el Diccionario de la Academia Francesa recoge el sentido natural y el sentido literario de romantique. En España hay que esperar hasta 1805 para dar con la expresión romancista. Durante los años 1814 y 1818, tras sucesivas polémicas, se usan, aún con indecisión, los términos de romanesco, romancesco, románico y romántico.
Los precursores del Romanticismo, que se extendió por Europa y América, son Rousseau (* 1712 † 1778) y el dramaturgo alemán Goethe (* 1749 † 1832).
Bajo el influjo de estas figuras los románticos se encaminan a crear
obras menos perfectas y menos regulares, pero más profundas e íntimas.
Buscan entre el misterio e imponen los derechos del sentimiento. Su lema
es la libertad en todos los aspectos de la vida.
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